jueves, 21 de noviembre de 2013

Europa

Europa es un continente de ocupación humana muy antigua. Hoy en día la civilización creada en torno al Mediterráneo está extendida por todo el mundo.
Los limites de Europa son: el cabo Norte y el casquete polar al Norte; el océano Atlántico al oeste; El Mediterráneo, el mar Negro y el Cáucaso al sur; y los Montes Urales y el río Ural al este.
Históricamente este límite oriental se ha ido desplzanado. En tiempo de los romanos fue el Danubio y más tarde el Elba, el Vístula-Dniéper y el Volga. Cuenta con una superficie total de 10.359.358 km2.


La idea de Europa es una construcción humana, puesto que; a diferencia de otros continentes, que tienen una unidad geográfica muy definida; Europa, en realidad, no es más que una península de Asia. Claro que eso no lo sabían los antiguos, que fueron los que dividieron el mundo en continentes. Sin embargo, en esa península se dan una serie de características comunes que la individualizan; características fundamentalmente de tipo cultural. Europa es la cuna de la civilización clásica grecolatina, una civilización que hizo del latín la lengua común hasta mucho después de que hubiese dejado de ser utilizada por el pueblo; puesto que se mantuvo en las universidades, los monasterios y la liturgia, como lengua culta y de transmisión del saber. Con el tiempo esta cultura se convertiría en el modelo civilizador de todo el mundo y llegaría a dominarlo.

Ríos y Lagos


Los ríos Europeos son moderadamente largos, sin grandes avenidas y, en general, regulares. Los grandes ríos son navegables hasta los comienzos del curso medio. En Europa Occidental, el río más largo es el Danubio, con 2.860 km de longitud y que desemboca en el Atlántico, al norte del Canal de la Mancha.

También sobrepasan los 1000 km el Elba, el Vístula, el Loira y el Tajo; todos ellos desembocan en el Atlántico, excepto el Vístula que desemboca en el Báltico. Pero más largos son los ríos rusos: el Volga tiene 3.531 km de longitud y desemboca en el mar Caspio, el Dniéper 2.201 km y desemboca en el mar Negro, el Ural 2.428 km y desemboca al Caspio. También superan los 1000 km el Don, el Petchora, el Dniéper y el Dvina.

Otros ríos importantes son: Guadalquivir, Guadiana, Duero, Garona, Sena, Támesis y Mosa que desembocan en el Atlántico; Óder que desemboca en el Báltico; Ebro y Ródano, que desembocan en el Mediterráneo; y Po que desemboca en el Adriático. A parte de multitud de ríos más pequeños.

En Europa no hay grandes lagos, pero hay multitud de pequeños lagos repartidos por todo el territorio. Podemos encontrar un patrón claro de localización y densidad de los lagos en virtud de la retirada del inlandsis, tras la última glaciación. La mayor parte de los lagos, y los más grandes, son de origen glaciar y se encuentran en el entorno del mar Báltico. La excepción es el mar Caspio, que hace frontera con Asia. En realidad el mar Caspio es el lago más grande del mundo, aunque de aguas saladas y de origen endorreico. Exceptuando el Caspio, los lagos más grandes de Europa son: el Lago Ladoga, el Onega, el Vaenerm y el Saimaa. La gos como Paiijaenne Irari, Vaettern y Maelaren tienen más de 1000 km2, todos ellos en Suecia, Finlandia o Rusia. Fuera de este ámbito sólos los lagos Balatón, Grada, Leman y Constanza tiene cierta entidad.

Geomorfología 



El relieve europeo no es excesivamente complejo, básicamente se organiza en torno a una gran llanura central rodeada de regiones montañosas más o menos antiguas. Sin embargo, aunque la llanura es lo dominante (el 66% del territorio no supera los 200 metros de altitud) la influencia de las montañas es notable. La combinación de montaña y llanura da al territorio una variedad ecológica muy valiosa, lo que ha permitido explotar gran cantidad de recursos. En Europa las montañas no han constituido obstáculos insalvables, más bien lo contrario, son regiones de contacto. Las mayores elevaciones son: Elbrus (5.633 m), Mont Blanc (4.807 m) y Mulhacén (3.478 m). 
Pero el rasgo más destacado del relieve europeo es la constante presencia del mar, gracias a lo recortado de sus costas. Europa tiene más de 43.000 km de costas; y ninguno de sus puntos se aleja tanto del mar como para no recibir su influencia, aunque la orografía tenga mucho que decir en ello. Esto permite la entrada de las masas de aire marinas mucho menos contrastadas que las continentales. El clima Europeo es dulce y agradable, con cuatro estaciones muy marcadas. Los mares han facilitado la comunicación entre los pueblos en Europa. En sus costas se encuentran con facilidad puertos naturales, golfos, etc. Son de destacar a este respecto dos regiones: la del Mar del Norte y el Báltico y la del Mediterráneo.
En Europa encontramos gran cantidad de penínsulas, cabos, golfos, estrechos e islas.

Clima


El clima Europeo está determinado por la posición de Europa en el globo, entre las latitudes medias y altas del norte y en la fachada occidental del continente euroasiático. Le afectan las masas de aire polar marítimo y polar continental, pero también las masas de aire tropical marítimo, y sólo en ocasiones tropical continental. La constante presencia de masas de aire marítimo hace del clima estable y agradable.

Cuatro son los climas más importantes en Europa: 
El clima mediterráneo, el clima marítimo de la costa oeste, el clima seco de las latitudes medias, y el clima continental húmedo, pero también encontramos, en regiones del norte, el clima de los bosques boreales y el clima tundra.




Composición Étnica

En Europa existen gran variedad de grupos étnicos, a causa de las sucesivas oledas migrantes que llegaron a estas tierras. Por este motivo, aunque la mayoría de sus habitantes pertenecen al grupo caucásico, no conservan los caracteres primitivos de la raza blanca. Las etnias resultantes más importantes son: el Nórdico, el Eslavo y el Mediterráneo; le siguen las minorías de ugros, lapones, tosks y los vascos quienes conservan su identidad.

Lengua

El continente europeo es rico en grupos lingüísticos, también consecuencia de la mezcla de los diversos grupos humanos. Las lenguas se pueden agrupar en troncos así: indoeuropeos y Uralo-altaica.
Dentro del grupo indoeuropeo se encuentran:
  • Lenguas germánicas que comprenden el alemán, el holandés, el flamenco, el inglés y el subgrupo nórdico: Irlandés, sueco, noruego y danés.
  • Lenguas latinas como el castellano, el portugués, el catalán, el francés, el italiano, el rumano y el moldano.
  • Lenguas griegas y albanesa.
  • El uralo-altaica comprende la lengua fino-ugrio, de la cual surgió el húngaro, estonio, finés y el lapón.

Religiones

Los europeos profesan la religión cristiana, que tuvo origen en la ciudad de roma. El cristianismo se difundió con gran rapidez porque proclamaba la igualdad entre los hombres, el amor a Dios y en general significó una nueva esperanza. Se divide en tres grupos según las creencias y las prácticas religiosas: Católicos, ortodoxos y protestantes.
  • Católicos: Significa iglesia universal, se dicen católicos, apostólicos y romanos; obedecen al papa como principal jerarca de la iglesia, quien reside en la ciudad del vaticano o Estado pontificio, situado en la ciudad de Roma.
  • Ortodoxos: Corresponde a la iglesia del oriente, que buscó hacer unas modificaciones profundas en el cuerpo jerárquico de la institución y causó el cismo de oriente en 1054; dio origen a la religión ortodoxa con sede en Bizancio. Predomina en Europa Oriental y en el mundo hay 130 milloones de adeptos.
  • Protestantes: El protestantismo nació como una reacción de algunos sectores frente a la decadencia de la iglesia romana, Martín Lutero fue el primero en preocuparse por dar una nueva interpretación a los problemas teológicos, a partir del movimiento de la Reforma, surgido en Alemania. En Suiza surge el calvinismo y así se va diversificando cada vez mas el pensamiento protestante, formando las iglesias evangelista, anglicana, presbiteriana, pentecostal, anabaptista.

Países de Europa Atlántica y Mediterránea 


Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte

Población: 59.657.101 personas
Superficie terrestre: 240.880 Km2
Capital: Londres
Moneda: Libra esterlina
Idioma: Inglés


Nombre Oficial: United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland.
División administrativa: 39 condados (countries) y 7 distritos metropolitanos.
Capital: Londres, con 8.174 millones de habitantes (2011)

Otras ciudades: 
  • Birmingham
  • Leeds
  • Sheffield
  • Glasgow
  • Bristol
  • Liverpool  

Gobierno: Monarquía constitucional parlamentaria.
Isabel II, reina y jefa de estado desde febrero de 1952.
Fiesta nacional: el segundo sábado de junio, celebración del cumpleaños de la reina.

Dependencias: 
  • Anguila
  • Bermudas
  • Gibraltar (España)
  • Islas Malvinas (Argentina)
  • Islas Vírgenes Británicas
  • Irlanda del Norte, Montserrat
  • Islas Caimán
  • Guernsey
  • Jersey
  • Man
  • Turcas y Caicos
  • Santa Helena
  • Territorios Británicos del Océano Índico (Mauricio)
  • Pitcairn (Oceanía)

El Reino Unido está constituido por Inglaterra, Gales, Escocia (que juntos forman Gran Bretaña) e Irlanda del Norte. Su geografía es variada, con costas acantiladas, tierras altas y bajas o numerosas islas menores frente a la costa escocesa. El pico más alto es el Ben Nevis, en Escocia, que alcanza una altura de 1 344 metros.

El Reino Unido es una monarquía constitucional y una democracia parlamentaria. 
Los ingleses suponen más del 80% de la población, los escoceses casi el 10% y los galeses e irlandeses, la mayor parte del resto. El Reino Unido también acoge diversas comunidades de inmigrantes procedentes, sobre todo, de sus antiguas colonias del Caribe, India, Pakistán, Bangladesh y África.

La economía, una de las mayores de la UE, está desplazando gradualmente su centro de gravedad hacia el sector de los servicios, aunque mantiene su capacidad industrial en el sector de las altas tecnologías entre otros. La City de Londres es una de las principales plazas financieras del mundo.

Cuna de la revolución industrial, el Reino Unido ha dado muchos grandes científicos e ingenieros como, por ejemplo, Isaac Newton y Charles Darwin. El padre de la economía moderna, Adam Smith, era escocés. La literatura inglesa cuenta con un sinnúmero de poetas, dramaturgos, ensayistas y novelistas, desde Geoffrey Chaucer, William Shakespeare y sus coetáneos, hasta una plétora de escritores modernos como J. K. Rowling y Doris Lessing, galardonada con el Nobel.

En el Reino Unido el visitante puede encontrar diversas especialidades regionales y tradicionales que despertarán su curiosidad. Por ejemplo, en Escocia puede probar los Arbroath smokies (eglefino ahumado y ligeramente cocinado) o, en Irlanda del Norte, empezar el día con una Ulster fry, fritura de tocino, huevos, salchichas, panecillos de soda y pan de patata. Una especialidad tradicional galesa es el laverbread, alga presentada en pastelillos confeccionados con harina de avena y fritos, acompañados con huevos, tocino y berberechos. Un plato tradicional del norte de Inglaterra es el estofado de Lancashire, preparado con cordero o vaca, patata y cebolla.

Londres

Fundada en época romana hace dos milenios, Londres es la espina dorsal del Reino Unido y una de las ciudades más atractivas del mundo. Tierra de oportunidades, abierta al comercio desde la Revolución Industrial, y heredera de un rico pasado colonial, la City londinense es y será punto de confluencia de incontables etnias y culturas. Historia, ocio, cultura y mucha diversión son algunos de los alicientes que ofrece esta seductora metrópolis, que además se está esmerando en lucir su mejor aspecto de cara a las Olimpiadas de 2012.

Y no es cosa fácil, porque Londres ha brillado siempre por sí misma con una herencia de siglos. Un rápido vistazo en el mapa allá corrobora que hay lugares de interés a cada lado del Támesis, empezando por el célebre puente de Londres que lo atraviesa y acabando por el Big Ben, el Museo Británico, las vistas desde el London Eye, o el barullo de Picadilly Circus oTrafalgar Square, siempre coronada por la estatua del Almirante Nelson.
British donde se precie, Londres ha sabido erigir monumentos emblemáticos por cada pilar fundacional de la nación: lo vemos en Buckinham palace, en el Parlamento británico, y en la grandiosa Abadía de Westminster. Esta última está distinguida como Patrimonio de la Humanidad junto a la Torre de Londres, el asentamiento de Greenwich y el Real Jardín Botánico de Kew.

Pero Londres puede ser sencillamente una ciudad para dejarse llevar: ya sea buscando con una lupa la legendaria casa de Sherlock Holmes en Baker Street, o a través del viejo señorío victoriano de  Saint James. Otra opción, tras impostergable descanso de rigor en la hierba de Hyde Park, será dar un agradable paseo por Kings Road, en Chelsea, para ver si nos topamos con alguna celebrity, o entre las fachadas de divertidos colores de Notting Hill.
O quizás prefieras hacer cuentas de cabeza para averiguar la convertibilidad de la libra y sucumbir a la tentación de una tarde de compras en Sloane Street, donde encontraremos las primeras marcas, u optar por  ir al mercado del Covent Garden o a los emblemáticos almacenes Harrods. Y por la noche, dejarse caer por el Soho, donde las noches brillan con más intensidad de los días, gracias a las luces de los muchos bares y clubs.

Más que una simple capital, Londres es una metrópolis en estado puro, donde se puede encontrar de todo y a cualquier precio: desde una infinita gama de fast food, concatenando las calles con olor a especias, a restaurantes de primerísimo nivel como el Gordon Ramsay, o el del chef Alain Ducasse en The Dorchester. Un dato desmiente la mala fama de la comida inglesa: en Londres hay más restaurantes con estrellas Michelín que en todo el territorio español.
Londres es una ciudad tan madura que ha sabido llevarse la contraria a sí misma para seguir creciendo: como se vio en los años sesenta, cuando los chicos malos del rock se empeñaron el levantarle las faldas a la vieja moral victoriana. Ni sir Winston Churchill, ni Margaret Thatcher lo hubiesen comprendido. Pero Londres tuvo una eclosión de talento rebelde que logró influir en el mundo entero, con movimientos como el glam o el punk, y una incontable gama de tribus urbanas de estética propia, que no obstante, nunca lograron desentonar del todo dentro de una vorágine como la de la City. Así es Londres: orgullosa de estar siempre a la vanguardia, pero manteniendo sus raices y la más fina ironía. No en vano, ahora Mick Jagger también es sir.


Y es que, a pesar de que el clima no siempre acompañe, a Londres le gusta interactuar con la gente: se ve en sus muchos bares de música en vivo, en museos de arte moderno como la Tate Gallery, en mercadillos alternativos como Candem, o como bien se resume en su arraigados cimientos parlamentarios. De tradición portuaria, le debe al Támesis haber recibido influencias coloniales y comerciales con cada rincón del globo. Lo corroboran las más de 300 lenguas que se escuchan cada día en sus calles, donde se recoge una de las tasas de matrimonios mixtos más altas de Occidente. Una ciudad que, con o sin lluvia, sabe acoger a sus visitantes bajo un paraguas siempre abierto.

Francia


A Napoleón Bonaparte se le atribuye una célebre (aunque no por ello verdadera) intervención en la que solemnemente, ordenaba a sus tropas emprender cuanto antes una expedición alegando que Francia era un país "demasiado bello" como para estar alejado de él mucho tiempo.


En Condé Nast Traveler comprendemos perfectamente la morriña que debía acusar el Emperador en sus largas campañas en el extranjero porque, de norte a sur, Francia tiene razones de sobra para ser el destino turístico número uno del mundo. 
Para empezar, por supuesto, está París. La capital francesa seduce a millones de visitantes cada año con su inabarcable oferta cultural, arquitectónica, su vida nocturna, sus boutiques de moda, los paseos a lo largo del Sena y monumentos tan emblemáticos como el Arco del Triunfo, La Catedral de Nôtre Dame o la Torre Eiffel, espolvoreados a lo largo y ancho de la ciudad de las luces.


Cada rincón de la ciudad, además, tiene la capacidad de evocar episodios históricos o literarios mil veces reproducidos en algunas de nuestros libros de cabecera. Por ejemplo, uno puede sentarse a degustar un buen café o uno de los platos del día escritos en abigarradas pizarras en algún bistrots parisinos, y tratar de imaginar que Simone De Beauvoir o Jean Paul Sartre podrían ser los vecinos de la mesa de al lado.
Pero para no caer en el pecado mortal del centralismo, tan tradicionalmente atribuido a los enamorados de París, vamos a enumerar sólo algunos de los puntos fuertes que harán que cualquier viajero descubra que Francia es mucho más que su capital.
Historia: Bretaña, con sus megalitos de Carnac y toda una tradición de invasiones celtas; Normandía, con sus famosas playas donde se produjo el desembarco de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial o Chartres, con su espectacular y asimétrica catedral, son sólo algunas de las paradas obligadas para visitantes que quieran impregnarse de la historia gala. También hay ciudades de marcada impronta medieval, como Carcassone que conservan en sus recónditas callejuelas y en sus edificios de piedra su sabor más antiguo.


Saber vivir gastronómico: el amor y la devoción por la buena comida ha encumbrado a la gastronomía francesa en el más alto pedestal del hedonismo culinario. Disfrutar de manjares 
como sus quesos variados, los cruasanes o las baguettes recién salidas del horno de una pequeña panadería, los champagnes típicos de la ciudad de Reims, los vinos de Burdeos, los sabrosos almuerzos en los bistrós parisinos o las ostras de la costa atlántica es sólo la punta del iceberg de lo que le espera al paladar del neófito visitante.
Castillos, palacios y mucha arquitectura: Las estampas más típicas y tópicas de postales de Francia suelen mostrar un castillo rodeado de suntuosos jardines o plantado como por arte de magia en medio de un frondoso viñedo. 


El Valle del Loira, río que recorre más de 1.000 kilómetros, está circundado de impresionantes castillos de cuento que reflejan la herencia de la ya extinta alta sociedad francesa. Si el visitante prefiere decantarse por la majestuosidad en estado puro, le recomendamos que visite el Mont St. Michel, en Normandía, un misterioso conjunto arquitectónico protegido por los caprichos de la marea.
Paisajes y naturaleza: desde los azules imposibles de las playas Costa Azul, pasando por los interminables bosques de los Pirineos franceses o los mismísimos Alpes, que ofrecen cobijo a los enamorados de la montaña, Francia cuenta con un amplio abanico paisajístico y natural que invita al viajero a lanzarse a descubrir sus senderos y parques nacionales.

Que Visitar

 Museo de Historia Natural 



El Museo de Historia Natural de París guarda en su interior una grata sorpresa para todos los públicos: Gran Galería de la Evolución, que como si de una representación de la subida al Arca de Noé se tratara, escenifica en tres actos la evolución de las especies animales de la Tierra. Imprescindible para los amantes de los 'bichinos'.



Pont au Change

 Las 'N' que pueden verse dentro de girnaldas de piedra en el Pont au Change, son en honor de Napoleón III y no por las hazañas del Gran Corso. Tenlo en cuenta cuando pases por allí y las veas.






Galerie Colbert

 La Galerie Colbert, levantada a imagen y semejanza de su vecina Galerie Vivienne (aunque nunca alcanzó su éxito comercial), es conocida por su cúpula interior. En ella podemos ver una estatua que representa al personaje mitológico Eurídice, cuando es picada por una serpiente, copia en bronce de la que atesora el Louvre, obra del escultor Charles-François Lebœuf. Ya no hay tiendas que contemplar aquí, pero pasear por ella es como hacerlo por un pacífico (y vacío) museo.

La France Renaissante

La estatua de La France Renaissante casi origina un conflicto diplomático entre Francia y Dinamarca. La comunidad danesa de París le encargó en 1930 a Holger Wederkinch la creación de una escultura que representara a Juana de Arco para obsequiársela a la ciudad. Pero las autoridades consideraron que la actitud en la que se mostraba a la heroína era demasiado bélica, por lo que se decidió cambiar el nombre de la misma al de El resurgir de Francia, que en un primer momento disgustó al embajador danés, pero que más tarde, calmados los ánimos, resultó perfecto.

Paris


"Al otro lado de la balanza, encontramos París. Esa ciudad, tal vez porque no se acaba nunca y porque, además, es maravillosa, puede con todo, puede con todas las causas que el hombre encuentra para ser infeliz (...) ¿Qué hacía, Dios mío, desesperado en París? No se podía ser más imbécil".

Así describe Enrique Vila-Matas su juventud absurda en un París en el que Hemingway, por el contrario, dijo que había sido "muy pobre y muy feliz". La historia de la literatura está plagada de auténticos tratados sobre la ciudad disfrazados en novelas. Cada uno de sus rincones evoca hasta al viajero más despistado miles de referencias literarias, poéticas y cinematográficas. París se ha granjeado a lo largo de la historia todo tipo de reputaciones y, posiblemente, merezca todas ellas: la más romántica del mundo, la más culta, la más refinada... pero por muy largo que sea el etcétera de apelativos y adjetivos que se le han asignado, siempre se le quedan cortos.

La ciudad está organizada en los llamados 'Arrondisements' (distritos) numerados del 1 al 20 que se distribuyen concéntricamente, formando una especie de espiral con forma de caracola. Los parisinos tienen una concepción muy precisa de estos compartimentos y, bajo la placa de cada calle, el visitante puede encontrar el número al que corresponde. La ciudad está atravesada por el Sena, que divide París en una zona al norte y otra al sur.

Se empiece por el punto que se empiece, no hay forma de ir a dar con un barrio que no sea de interés: se pueden revivir los tiempos del cancan y el cabaret o seguir los pasos de Amélie Poulain en Montmartre; recorrer extasiado las mansiones (Hôtels) o tomar algo en uno de los modernos locales del Marais; hojear libros antiguos en los puestos que bordean el Río Sena; callejear por los mercados callejeros del Barrio Latino; perderse en intrincados jardines a la francesa, como Luxemburgo o las Tullerías.

El centro de la ciudad tiene un tamaño perfecto para recorrerlo a pie. A cada pocos pasos encontramos un monumento histórico famoso, o un acogedor café, o una elegante boutique o un concurrido bulevar.
 Pocas capitales europeas cuentan con un inventario de puntos de interés tan largo como el de París: la Torre Eiffel, Notre-Dame, Campos Elíseos, la Place Vendôme, el Arco del Triunfo, la Bastilla, la Ópera de Garnier, los Grandes bulevares, la Sorbona o el Pont Neuf, por nombrar solo algunos de ellos.
La oferta cultural puede llegar a resultar abrumadora. Algunos de los museos más importantes de Europa se concentran en solo unos cuantos kilómetros cuadrados: el inmenso Museo Louvre, con obras y tesoros provenientes; el Centro Pompidou, brújula cultural y artística o el Museo d'Orsay, con su espectacular colección de arte impresionista y post - impresionista.

Si prefieres huir de las aglomeraciones de las piezas únicas que albergan los museos más famosos, siempre podrás sustituirlos por propuestas menos concurridas, como el coqueto Museo Picasso, los jardines del Museo Rodin o el Palais du Tokio.

Por supuesto, hay alojamientos para todos los gustos: desde hoteles de estilo palaciego a hoteles contemporáneos, desde hoteles vanguardistas a hoteles clásicos. Además, París ofrece una exquisita cocina y cuenta con una gran variedad de restaurantes, desde tradicionales bistrots, hasta elegantes y modernos restaurantes, pasando por establecimientos galardonados con una estrella Michelin.

La Défense

El distrito financiero de París se alza al oeste de la ciudad, como prolongación de su eje histórico. Habitado principalmente por rascacielos, hombres y mujeres de negocios y edificios modernos, fue François Mitterrand quien recuperó la idea de urbanizar La Défense para dotar a París de una gran avenida monumental que llevaba siglos en ciernes. El barrio se levantó ante el asombro de los parisinos, que vieron cómo un nuevo arco, el Gran Arco de la Fraternidad, de dimensiones mastodónticas, se alineaba con el eje triunfal ya existente. Sin embargo, por cuestiones ópticas, éste tuvo que levantarse algo girado, 6,3 grados, para que el efecto visual fuera perfecto, aunque las malas lenguas dicen que es porque si no se construía así, sus cimientos se hubiesen comido parte de la línea 1 de metro que pasa por debajo de él.

España


Separada de África por el estrecho de Gibraltar, y de Europa por la cordillera pirenaica, España es un país abierto al mar, hecho que ha influido de modo determinante en su historia. Del mar llegaron diferentes pueblos para asentarse, como los cartagineses, Roma y los musulmanes. Y el mar fue punto de partida de la expansión geográfica por el Mediterráneo y del descubrimiento de América. Todo esto esto explica, en parte, la impresionante riqueza cultural que posee España, producto de la superposición de diferentes culturas, que han proyectado su influencia en todos los ámbitos: en el modo de ser de su gente, en el comercio, en la gastronomía, el idioma y en su inmenso patrimonio cultural.

Esta variedad ha acostumbrado a España a ser tierra de acogida, como atestigua desde hace siglos el Camino de Santiago. Y es que pocos países aglutinan tantos alicientes: buen clima, un enorme perímetro de costa y playa, tradiciones genuinas como el flamenco, museos como el Prado, ciudades de primer nivel como Madrid y Barcelona, buena mesa, la fama de sus bodegas, y la certeza de que hasta el más remoto pueblo de su geografía esconde una iglesia que merece ser visitada.

Los ejemplos se agolpan a través de las épocas: desde el anfiteatro romano de Mérida, a la máxima expresión del esplendor musulmán, la Alhambra de Granada; la impresionante catedral de Sevilla, con el gótico más grande del mundo; el monasterio del Escorial, símbolo del apogeo de Felipe II y el Imperio español; el palacio de Aranjuez, de época borbónica; la Sagrada Familia de Gaudí, el museo Guggenheim de Bilbao. O ciudades como Toledo, Salamanca, Córdoba, Granada, que resultan, en sí, museos vivos a cielo abierto.

Y del cielo a la tierra, España es diferente por los cuatro costados. El clima atlántico de la costa norte explica el manto verde que envuelve de Galicia a País Vasco. Y el sol Mediterráneo, los paisajes que circulan de Málaga a la Costa Brava. Un país idóneo para el turismo rural y de naturaleza. Y en cada tierra, una mesa con diferentes ingredientes: del marisco gallego y la contundente fabada asturiana, a la paella levantina, pasando por el pescadito frito andaluz y una interminable gama de quesos y embutidos, presididos sin discusión, y punto en boca, por el jamón ibérico.

Y de la tradicional sopa del puchero, al nitrógeno líquido de Ferrán Adriá. Porque España se ha ganado un puesto de referencia gastronómica a nivel internacional, con 7 restaurante en la cumbre de las tres estrellas Michelín. Siempre, sin dejar pasar la oportunidad de brindar con una copa de Rioja o Ribera del Duero, un Albariño gallego o un rosado del Penedés catalán.

España es un país que se ve con simpatía desde el extranjero. Algo tiene que ver la fama dediversión nocturna que la precede, como muestran las legiones de turistas que cada año acuden a San Fermín, las Fallas o la Tomatina de Buñol. O al veraneo chic de lugares como Ibiza, Mallorca y Marbella. Todo cabe en España. La tierra que legó al mundo las quimeras de Don Quijote y las 'Meninas' de Velázquez . Una democracia asentada dentro de Europa, que puede permitirse desechar lemas trasnochados: Spain ya is not different, le basta con ser única.

Barrio Gótico 

El barrio Gótico, uno de los paseos imprescindibles en el corazón de Barcelona. Prueba con las rutas nocturnas, que desvelan el misterio de la historia de la ciudad, de su pasado romano y de la época medieval. Pasa por la Plaça del Pi, el Montmartre barcelonés, el fin de semana verás a los artistas del pincel exponer sus últimas obras, o por la Plaza de Sant Felip Neri, donde se encuentra el coqueto Relais & Châteaux Hotel Neri. Repón fuerzas en su nueva terraza Roba Estesa, un oasis en medio del Gótico. Si lo que te gusta son los anticuarios, tienes una cita en la calle de la Palla. El más exclusivo, Artur Ramón.

El Borne


Construido sobre un lugar medieval para justas y celebraciones, sin duda, hoy en día es el mejor sitio para perderse y deambular por sus callejuelas sin rumbo fijo. Descubrir sus pequeños y animados cafés y pasear por sus plazas es uno de los mejores pasatiempos. No te olvides de curiosear en sus tiendas, este barrio es el centro de la moda vintage y de los rincones bohemios de la ciudad.



Edificio de la Unión y el Fenix

Es imposible no querer mirar hacia arriba y contemplar maravillado los altos de esta emblemática construcción del Paseo de Gracia. Toda una postal. El edificio de la Unión y el Fénix, del mismo modo que en su sede madrileña, situó en su cúpula una escultura de Ganímedes transportado por un Fénix, aunque en la mitología griega la historia es con un águila, símbolo de Zeus.


Monumento a la Sardana

En honor a la sardana, que también fue incorporada a las Fiestas de la Mercè en 1902 para divulgar la danza ampurdanesa, se levantó en 1965 un monumento en la montaña de Montjuïc, obra del escultor Josep Cañas i Cañas. 
Compuesto por ocho figuras creadas en piedra caliza, no hay turista que no quiera fotografiarse aquí.

Madrid


Madrid tiene fama de ser una ciudad abierta, hospitalaria con sus visitantes. Creció a trompicones y a merced de la sorprendente decisión de Felipe II de ascenderla de pueblo a capital. Desde entonces, la Villa y Corte de Madrid, ha ido creciendo y expandiendo su capacidad de influencia. Visita obligada para todos los turistas que viajan a España, la capital ofrece muchos atractivos: desde callejear por el castizo barrio de los Austrias, con la Plaza de Oriente y el Palacio Real,a los muchos edificios monumentales e institucionales que riegan sus calles, como la Biblioteca Nacional. O bien paladear el viejo sabor burgués de la arquitectura alfonsina del siglo XIX en los barrios céntricos. Y si toca descansar, qué mejor que tumbarse un ratito en el retiro. Monumentos, arte, cultura, y mucha diversión al alcance de la mano. Todo esto es Madrid.

Y en efecto: diversión. Las noches de Madrid tienen merecida fama en todo el mundo, pero las horas de luz también ofrecen alicientes para el entretenimiento. Lo vemos en el "Pequeño Broadway” de la Gran Vía, donde se estrenan los mejores musicales llegados de todo el mundo, o en los muchos teatros de la capital. Con la cultura siempre al alcance de la mano. Ya sea en el Museo de Arte Moderno Reina Sofía, donde podremos ver 'El Guernica' de Picasso, o en la colección del Museo Thyssen. Pero siempre, teniendo como primera referencia al Museo del Prado, entre cuyas paredes podremos admirar obras maestras de Velazquez, Goya o Rubens.

Y es que de todo cabe en Madrid, desde una discusión sobre fútbol en el bar de la esquina, a la Milla de Oro del barrio de Salamanca, donde las mejores tiendas del mundo abren sus puertas a clientes que saben que Madrid siempre estará a la altura de su caché. Desde el Orgullo gay del barrio de Chueca, a los restaurantes y anticuarios del Barrio de las letras. De todo hay en la ciudad que un día fue capital de un imperio en el que nunca se ponía el sol, y que siglos después terminó siendo cuna gamberra de la movida de los 80. Donde los chulapos siguen compitiendo en lanzar el mejor piropo retrechero, como asegura el chotis. Una ciudad cargada de tradiciones propias y ajenas, donde uno puede dejarse caer en divertidos antros de Malasaña, u optar por disfrutar de una caña en una terraza de Lavapiés, entre carnicerías árabes y olor a especias.

Como toda ciudad española que se precie, Madrid ofrece una gastronomía tradicional, con tascas y tabernas de olor intenso y griterío inevitable, donde probar desde un calentito cocido madrileño, una ración de callos, a los legendarios bocadillo de calamares de la plaza Mayor. Y como capital que es, también ofrece lo mejor, como bien atestiguan las estrellas Michelin de restaurantes como el Kabuki Carmona, la Terraza del Casino o el Santceloni. Claro que la alta cocina también ha sabido cambiar su look: de ahí el aumento de gastrobares en la ciudad, donde se puede disfrutar de los platos más selectos en forma de tapas. Una vuelta a la tradición, como también vemos en los mercados remodelados de San Miguel y San Antón, donde se pueden comprar a la antigua usanza, los productos más variados y sofisticados del planeta.

De Madrid al cielo, dice el viejo refrán castizo. Donde, no obstante, es fácil acabar exasperado en pleno atasco, esquivando obras y coches en doble, triple o subsiguientes filas. Pero también es una ciudad de mente abierta, de avenidas metropolitanas y tiendas de barrio, que sabe abrir sus brazos de par en par (pero sin perder nunca de vista la cartera en el metro). Porque más sabe el diablo por viejo que por diablo. O por castizo, como bien añadiría Madrid. Referente para el resto de España, moderna, tradicional y atractiva. Una ciudad que le gusta la vida y ser vivida. Y, definitivamente, simpática.

Museo Nacional del Romanticismo

Ubicado en un antiguo palacio patrimonio del marqués de Matallana (de 1776), reabrió sus puertas en 2009 tras una profunda reforma que ha permitido que su colección de arte y antigüedades de la etapa romántica luzcan como es debido.

En el interior de esta Casa Museo, el Café del Jardín se ha convertido en la cuita más compartida entre los que alardean de conocer rincones apenas colonizados del barrio bohemio. Esta cafetería propone una exhaustiva carta de cafés, tés y bollería que haría enloquecer a Alicia (del País de las Maravillas). Además hay opciones para un banquete ligero. Lo mejor del espacio, un tranquilo jardín, verde durante todo el año, que cuida de los que saben respetar el silencio. 

Matadero

Recién estrenado el siglo XXI los sabuesos más avispados de la comunidad cultureta regional empezaban a rastrear las grandes naves antaño dedicadas a transformar vacas en solomillos. Si hay un lugar, alejado del circuito del arte, que se ha convertido (en apenas once años) en centro de creación artística de referencia, ése es el Matadero. El Matadero es hoy un centro de creación contemporánea, con impresionantes espacios para exposiciones, talleres, obras de teatro, cine y actividades variadas en torno a estos temas y más.
Se puede realizar una visita guiada, donde se recorren tanto los espacios abiertos, en los que se explica el proyecto que se muestra o en el que se está trabajando en ese momento, como los espacios habitualmente cerrados al público. .Son gratuitas y se organizan previa solicitud en el 91 5177 309 o bien a través de info@mataderomadrid.org.
Además, entre sus cien mil m2, encontrarás un rincón para llenar el estómago y alimentar la buena vida. 

Diseñado por Emilio Esteras, el bar-café teatro se integra en la Nave 12, en el mismo espacio de las Naves del Español, la sede alternativa del emblemático teatro. La cafetería, de techos altos y suelos de madera, se resume en una barra lateral donde reinan la tortilla, las croquetas y la cerveza madrileña por excelencia, una platea en mitad de la sala (como si se tratara de una pieza de Lego) y un coqueto escenario dedicado a charlas, presentaciones y conciertos de lo más íntimo. Junto a la reciente Cineteca, en el mismo lugar donde se emplazaba la caldera del Matadero, la Cantina, una diáfana y vanguardista cafetería, apunta maneras como punto de encuentro de modernos.

Terminal T4 de Barajas

Diseñada por Richard Rogers Partnership en cooperación con el Estudio Lamela Arquitectos, la T4 del aeropuerto de Barajas madrileño fue premiada con el prestigioso Stirling de arquitectura en 2006. Una de las terminales más vanguardistas y modernas de las que existen en Europa, reconocida por su techo ondulado y la acogedora e invasora luz natural, la T4 alberga las operaciones de Iberia y de todas sus alianzas en Oneworld.
Y de esta terminal, además de despegar y aterrizar casi 120 aviones a la hora, lo hacen también 105 halcones, que viven en la terminal y cuyo único cometido es espantar al resto de aves de las pistas de operaciones. Vamos, una especie de pasaje del terror para pájaros.

Jardines de Sabatini

Los jardines de Sabatini, frente al Palacio Real, no fueron el regalo de ningún rey a su reina ni nada por el estilo. Con la proclamación de la II República, el gobierno decidió incautar las antiguas caballerizas de palacio para regalarle al pueblo un espacio verde. Puro amor patriótico.
A día de hoy, estos jardines son bastante frecuentados por los madrileños, y en verano incluso son un lugar de disfrute de música y espectáculos al aire libre. Sin duda, un lugar tranquilo,ideal para descansar de un ajetreado día recorriendo el centro de la ciudad.

Barcelona


Es la segunda ciudad más grande de España, es industrial y comercial además de uno de los puertos más importantes del Mediterráneo. Una de las zonas más bonitas de la ciudad es el Barrio Gótico, cerca de la estación del tren, tiene un museo con una bella colección de las primeras obras de Picasso, también se encuentran La Antigua Catedral, el Palacio Episcopal, el Palacio de la Generalitat, la Plaza del Rey, la Plaza de Cataluña; quienes tienen una arquitectura que rivaliza con el esplendor Barroco de Europa Central.

Es imperdonable perderse un paseo por las Ramblas, que es la arteria principal de todos los paseantes y que desemboca en el mar. Partiendo desde las torres de Plaza Cataluña (plaza principal) en el puerto, poco a poco la atmósfera comienza a ser más sofisticada. Las Ramblas son el lugar en donde se instalan los mercados de comida, de flores que están alineados con los puestos de libros y revistas

Islas Canarias



Las Islas Canarias, de origen volcánico, forman parte de la Macaronesia y en España también se conocen por el nombre de Las Islas Afortunadas. Tienen un entorno natural único que incluye paisajes volcánicos, playas de arena negra, especies vegetales endémicas, bosques de pino canario y bosques de laurisilva, que es un tipo de vegetación muy verde y frondosa que solo subsiste en algunas islas del Atlántico. En estas islas hay cuatro parques nacionales españoles. Por otra parte el clima es muy benigno, con unas temperaturas medias entre los 22-30ºC durante todo el año.

La Isla Tenerife, es la más grande de todas y está dominada por el Teide, un volcán inactivo de 3.718 metros que es el pico más alto de toda España. El Parque Nacional de las Cañadas del Teide tiene bastantes lugares para visitar (como los Roques) además del Teide. La capital de la isla Santa Cruz de Tenerife es una ciudad cosmopolita con una herencia arquitectónica muy interesante. El Puerto de la Cruz es el mejor complejo turístico de la isla, y además también tiene edificios históricos del siglo XVII. Otros sitios que merece la pena visitar en la isla son La Laguna, La Orotava, el Valle de Ducanca, Güimar, Garachico, Tacoronte, y Los Cristianos.

La Isla de Gran Canaria es la tercera más grande del archipiélago y su capital es Las Palmas de Gran Canaria. También se la conoce por el nombre de "el continente en miniatura" por la variedad y riqueza de su flora. Hay playas fabulosas como la Playa del Inglés y Maspalomas. La capital tienen el puerto más importante de todas las Canarias además de algunos lugares históricos para visitar como el Museo de Nestor, la Ciudad Vieja y la Catedral de Santa Ana de estilo gótico. Otros lugares interesantes para visitar son: Telde, Tejada, Ingenio, San Bartolomé de Tirajana (que está situado en el cráter de un volcán), Agüimes, Arinaga, San Agustín, Galdar y Agaete.

Islas Baleares



Las Islas Baleares están formadas por un grupo de cinco islas: las cuatro citadas arriba y la pequeña isla de Cabrera. El archipiélago está situado enfrente de la costa valenciana y a 193 km. al sur de Valencia. Su clima privilegiado y sus maravillosa playas la convierten en uno de los principales destinos turísticos de España.

Mallorca


Es la isla más grande del archipiélago y la que más cosas tiene para ver. Hay muchas excursiones, de medio día o de un día entero, que pueden iniciarse desde Palma, la capital de la isla. Entre ellas destacan la visita al Puerto Soller, que puede hacerse en un tren especial; y la excursión a la Península de Formentor, que está en el extremo noreste de la isla y es conocida por sus pinares, calas aisladas, bahías medio escondidas y pueblos de montaña.

La isla tiene 300 km. de litoral. A parte de los complejos turísticos alrededor de Palma, la mayoría de los restantes se concentran en la costa oriental, siendo la zona norte la menos explotada. El interior es montañoso y la carreteras pocas veces siguen la línea costera.

Palma


la capital, es un gran puerto del Mediterráneo con larga historia de comercio marítimo. La parte vieja de la ciudad está bellamente situada en la Bahía de Palma, mientras que la parte más moderna se extiende hacia el este y el oeste. En Palma vale la pena visitar el Castillo de Belver, la Catedral La Seo, el Palacio del Arzobispado, la Iglesia y Monasterio de San Francisco y la Iglesia de Montesión.



Menorca


Es la segunda isla más grande del archipiélago y está a 40 km. al noreste de Mallorca. La capital de la isla es Mahón (en la costa oriental) y sus mejores monumentos son la Casa Consistorial, la Iglesia de Santa María y la Iglesia de San Francisco. Hay una buena autopista que lleva desde Mahón hasta Ciudadela, justo en la otra punta de la isla. Ciudadela era la antigua capital de la isla y aquí se puede visitar la Catedral y varios Palacios e Iglesias medievales. La carretera atraviesa la isla y no se asoma a la costa, pero desde estas dos ciudades se puede acceder fácilmente a la playa. A diferencia de Mallorca, Menorca ha preservado sus tradiciones ganaderas y de trabajo de productos de cuero, lo que la hace económicamente menos dependiente de los ingresos generados por el turismo.

Ibiza


Es la tercera isla del aeropuerto y uno de los destinos más populares, especialmente para los turistas jóvenes. La isla todavía conserva parte de su atmósfera tradicional. Además de por las enormes playas de arena que se encuentran al sur de la capital, el paisaje de Ibiza está dominado por pinares y huertos. La capital, Ibiza, está dominada por la Dalt Vila. Otras dos ciudades bastante turísticas de la costa son San Antonio Abad y Santa Eulalia del Río. 



Andalucía



Andalucía es la región española más meridional y su costa se extiende frente a la costa magrebí. Es también la que conserva más monumentos, ejemplos arquitectónicos e influencias culturales de los árabes que tuvieron su reino en estas tierras hasta finales del siglo XV. Comprende ocho provincias y es la comunidad autónoma más grande de España. Su paisaje combina montañas, playas, campos de olivos, naranjos, limoneros y viñedos, entre ciudades de casas encaladas con los famosos patios andaluces.

Sevilla

Sevilla conserva muchas huellas de la ocupación árabe, una de las principales ciudades de España, a la que se puede llegar desde Madrid en poco más de dos horas con el tren AVE de alta velocidad. Es la cuna del lengendario Don Juan de Carmen. Su Catedral es un gran edificio de estilo gótico que conserva una magnífica colección de arte y de piedra grabada, y el lugar donde descansan los restos del Cristóbal Colón y de San Fernando. Entre los monumentos de la ciudad destacan: la Giralda, el Alcázar (que era el palacio fortaleza de los reyes árabes), la Torre del Oro que se dice esta cubierta de baño de oro y el Río Guadalquivir. Entre sus fiestas destacan por la parte religiosa, la Semana Santa y por la pagana la Feria de Abril, donde las mujeres sevillanas sacan sus mejores trajes de lunares y donde se puede pasar la noche comiendo, bebiendo y bailando sevillanas en las casetas iluminadas que se montan para la ocasión. Se debe preveer con anticipación la visita en esas épocas, pues el alojamiento es escaso.

Granada

Granada es sin lugar a dudas la que posee el mejor monumento que dejaron los árabes en España: la Alhambra. Su belleza se sintetiza en el dicho popular de "no hay mayor desgracia que ser ciego en Granada". La Alhambra era el palacio fortaleza de los reyes árabes, y está rodeada por los exquisitos jardines de El Generalife, con multitud de fuentes y una utilización magistral del agua que aún sirve para refrescar los tórridos días de verano. La Alhambra es posiblemente el edificio más espléndido en reliquias, el sólo conjunta el paso de épocas y de numerosas civilizaciones que marcaron en el país. La magnífica Catedral de Granada contiene las tumbas del rey Fernando y de la reina Isabel. Granada tiene un sistema de tarjeta turística que da acceso a seis monumentos importantes de la ciudad y al uso libre de los autobuses locales. 

Málaga

A pocos kilómetros de las ciudades más turísticas de la zona que son Marbella y Torremolinos. Gracias a que tiene 160 km. de litoral, todavía es posible encontrar playas que no estén demasiado abarrotadas. 










Italia


Población: 57.449.456 personas
Superficie terrestre: 294.110 Km2
Capital: Roma
Moneda: Euro
Idioma: Italiano

Nombre oficial: República Italiana.
División administrativa: 20 regiones divididas en 95 provincias.
Capital: Roma, con 2.796.102 Habitantes.
Otras ciudades: 
  • Milán (Milano) 
  • Nápoles (Napoli)  
  • Turín (Torino)
  • Palermo

La región norte del país está formada por la llanura del Po, limitada por los Alpes. Es el centro de la actividad económica y tiene la mayor concentración industrial y agrícola del país. En la península, dividida longitudinalmente por los Apeninos, predomina la actividad pecuaria y la agricultura, especialmente los cultivos de olivos y viñas, que ocupan también la faja costera del extremo sur. La Italia insular comprende Sicilia y Cerdeña e islas menores.

Roma

Roma es una ciudad viva anclada en el tiempo, donde en cada esquina nos espera un testimonio de su inmenso pasado: de la época Antigua a la renacentista, de la medieval a la actual. Por eso Roma deja siempre la estimulante sensación de que nunca se termina de conocerla del todo. En ninguna otra parte del mundo encontraremos la riqueza patrimonial de esta ciudad que ya nació mítica, hace 2700 años, de la mano de Rómulo y Remo.

Un buen método para enfocar la visita nos lo delimita su propia cronología histórica. La primera parada la encontraremos en la Roma Antigua, que se extiende de la Piazza del Campidoglio a la colina del Palatino. Ahí veremos el Panteón de Agripa, construido por Adriano entre los años 118-128 d.C, y cuya impresionante cúpula entró en el siglo XX conservando el mérito de ser la más grande del mundo. Y después, el foro romano y el cercano Anfiteatro Flavio, es decir, el emblemático Coliseo, donde tenían lugar las luchas de gladiadores y espectáculos públicos. También podemos visitar las termas de Diocleciano y Caracalla, cuyos mármoles fueron expoliados para levantar la nueva y esplendorosa Roma del Renacimiento.

Caída en desgracia tras el colapso del Imperio, Roma vivió una segunda época de oro a finales del siglo XV, cuando la familia Medici se hizo con el Papado, trayendo consigo el estilo renacentista nacido en Florencia. Fue entonces cuando se levantó la Basílica de San Pedro del Vaticano, cuna de la Cristiandad y uno de los mayores tesoros patrimoniales del mundo, como ya adelanta en la entrada la espectacular Columnata de Bernini. Cerca encontraremos la entrada a los Museos Vaticanos, cuyas paredes suntuosas paredes muestran las obras de los mejores artistas del Renacimiento, coronados por la sobrecogedora Capilla Sixtina, de Miguel Angel.
Pero Roma es todavía mucho más, plagada de villas y palacios, lo más acertado es perderse por sus barrios a un lado y otro del río Tiber, como el Trastevere, e impregnarse del atractivo modo de vida de sus habitantes. Entretanto, encontraremos palacios, ruinas romanas e iglesias renacentistas. O quizá pasear por los jardines del museo de Villa Borghese, donde dentro se puede admirar esculturas de Bernini, y lienzos de Tiziano y Caravaggio.

Pero si hay un trayecto obligado es recorrer la vía Sistina que va de la Piazza del Popollo al monumento fascista a Vittorio Enmanuelle. Conglomerado de épocas y estilos, en las calles colindantes podremos entender porque Roma fue considerada un día la caput mundi, la capital del mundo. Y ver la Piazza Navona, el palacio Barberini, el Ara Pacis de Augusto, la residencia del Quirinal y la impresionante escalinata de la Piazza de Spagna. Hasta acabar frente a la Fontana di Trevi, para cumplir con la tradición de arrojar una moneda al agua, y esperar que la leyenda nos conceda el deseo de volver pronto a Roma. La ciudad eterna, que nunca termina de recorrerse.

Plaza Cavalieri di Malta

La colina del Aventino guarda un secreto a voces. En contra de todas las leyes de Murphy, al fisgonear por la cerradura del Palacio de los Caballeros de Malta, en la Plaza Cavalieri di Malta, encontrarás la cúpula de San Pedro enmarcada por los jardines de la villa. Y además, por si no fuera ya excepcional el panorama, tus sentidos captarán tres fronteras al mismo tiempo, pues estarás mirando en el horizonte la cúpula de Miguel Ángel, ubicada en el Vaticano; los jardines del palacio de los Caballeros de Malta, que goza de extraterritorialidad, con lo que es territorio de la orden, y tus pies estarán sobre suelo italiano.

Il Giardino Degli Aranci

Una de las vistas más bonitas de la ciudad de Roma, y la más romántica para algunos, se divisa desde Il giardino degli aranci, o lo que es lo mismo, 'El jardín de los naranjos', en la colina Aventina. Acércate hasta aquí y compruébalo tú mismo al caer la noche. Si tienes suerte, dependiendo de la época del año, podrás incluso degustar una de las dulces naranjas de sus árboles.




Santa María Francesca Romana

El perfil de Santa María Francesca Romana se recorta sobre el coliseo en uno de los ángulos más fotografiados de Roma desde el Foro. Ésta es una de las dos iglesias dedicadas a María dentro del Foro (por ello a Santa María Francesca se la conoce como Santa María Nueva por ser más 'reciente' que la otra). La tradición marca aquí el punto en el que murió Simón el Mago, castigado por su imprudencia por Dios a petición de los apóstoles Pedro y Pablo.


Obelisco de San Pedro

Según la tradición, este obelisco, el segundo más alto de Roma, representa la unión entre la Antigüedad y el Cristianismo, pues bajo él siempre se ha asegurado que se encuentran las cenizas de César y en su cúspide una reliquia de la cruz de Cristo. Lo cierto es que es el único de la ciudad que nunca ha caído. Lo erigió Calígula en el circo Vaticano en el año 37 y más tarde fue trasladado a su ubicación actual frente a la Basílica de San Pedro.




Cerca del obelisco, hay una placa que marca el kilómetro cero de la columnata, el centro del colonnato. Al ponerte encima de la marca, las filas de columnas ideadas por Bernini de cuatro en cuatro, se alinean en una en un perfecto efecto óptico.




Ciudad del Vaticano



A la orilla derecha (oeste) del Tíber, la ciudad del Vaticano es un estado soberano independiente. Alberga entre otros monumentos, la magnífica Basílica de San Pedro y la Capilla Sixtina. Enfrente de la basílica se encuentra la Plaza de San Pedro que data del siglo XVII, una magnifica creación de Bernini.




Venecia


Venecia está asentada en un conjunto de islas dentro de una laguna en el extremo norte del mar adriático, una posición que le dio únicas ventajas económicas y defensivas sobre sus rivales comerciales. Mucha de la abundancia generada era, por supuesto, invertida en la construcción de monumentos a la gloria de Dios y de los comerciantes.




La arteria principal de la ciudad es el Gran Canal, enmarcado por maravillosos palazzi (palacetes) góticos y renacentistas. Conectando las dos orillas del Gran Canal, destacan el famoso Ponte di Rialto y el puente de madera dell'Accademia.







Los monumentos principales de la ciudad - el Palacio Doge, la Plaza de San Marcos y el Puente de los Suspiros - han ganado fama a través de innumerables pinturas que los representan, y nada menos que por artistas tales como Canaletto, pero la ciudad entera en muchas maneras es una obra de arte.






Florencia


La principal ciudad toscana, Florencia (Firenze) es el sitio mas renombrado en el mundo del arte renacentista y de la arquitectura. Asentada a orillas del Arno bajo las colinas boscosas de los Apeninos, esta hermosa ciudad ha sido a lo largo de la historia el foco de las artes y de la literatura italianas. Dante, Boccaccio, Petrarca, Giotto, Leonardo da Vinci, Michelangelo, Brunelleschi, Alberti, Masaccio, Donatello, Botticelli, Vasari y Fra Angelico se encuentran entre los muchos que contribuyeron a establecer la prominencia de la ciudad. El revolucionario diseño de Brunelleschi de la bóveda de la Catedral de Santa María del Fiore es considerada como la primera expresión de las ideas renacentistas en arquitectura. Esta bóveda todavía domina los techos de la ciudad, así como la gran Piazza del Duomo a sus pies domina la vida al nivel de la calle. 

La Galería de los Uffizi contiene una de las más famosas colecciónes de arte del mundo. Algunas de las pinturas más famosas de este período están en los Uffizi, como el Nacimiento de Venus de Botticelli, la Anunciación de Leonardo da Vinci, La Sagrada Familia de Michelangelo
La estatua famosa de Michelangelo, el David se puede ver en la Accademia di Belle Arti cerca de la universidad.


Pisa


Nápoles

La tercera ciudad más grande de Italia, Nápoles ocupa uno de los sitios naturales más hermosos de Europa. Es una ciudad bulliciosa, llena de historia y de callejones estrechos. Hay animados mercados callejeros que venden pescado y verduras, así como tiendas donde se compran artículos de cuero que se ofrecen a precios de descuento establecidos entre iglesias, palacios, museos, viviendas, cafés y librerías. El impresionante Museo Nacional contiene una buena colección de objetos egipcios, romanos y bizantinos, incluyendo muchas pinturas murales y mosaicos originales de Pompeya y de Herculano.


El Vesubio

Sobre Nápoles está el cono descubierto del monte Vesubio, un volcán activo, y al lado, la extensa Bahía de Nápoles y el mar Tirreno. Un camino de peaje conduce la mayor parte de las veces (dependiendo del clima) hasta la cumbre de Vesubio (es la ruta de los enamorados locales; la gente también cosecha setas cuando las condiciones lo permiten); el final de unos pocos cientos de metros caminando nos lleva encima de un camino cubierto de piedra pómez. El mirador está justo al borde del cráter y proporciona una buena vista del abismo lleno de vapor, de la bahía de Nápoles y de Pompeya hacia abajo. Cerca, los restos de Pompeya y Herculáno, ciudades arrasadas por la gran erupción de 79 d. de C., son un testigo único de la vida cotidiana de los romanos. Los moldes de gente y animales enterrados bajo la ceniza que se encontraron, están bien conservados y se pueden ver en Pompeya. La decoración en algunas casas está intacta, incluyendo numerosas pinturas en la pared de dioses y seres humanos en escenas que van desde lo heróico hasta lo erótico.

Grecia


Población: 10.631.293 personas
Superficie terrestre: 128.900 Km2
Capital: Atenas
Moneda: Euro
Idioma: Griego

Nombre oficial: Helleniké Demokratía.
División administrativa: 10 regiones divididas en 51 administraciones.
Capital: Atenas (Athínai) 3.700.000 hab. (2003)
Otras ciudades: 
  • Patras 172.100 hab.
  •  Salónica (Thessaloniki) 793.900
  • Peiraías 188.500 (2000). 

Situado en el extremo sureste de la región balcánica, en el Mediterráneo oriental, el país comprende una península localizada entre el mar Egeo y el mar Jónico y numerosas islas, entre las cuales se encuentra la de Rodas. De relieve montañoso, tiene clima mediterráneo, con veranos secos y calientes. Es un país esencialmente agrícola (vid, olivos, tabaco, trigo, cebada); en las montañas, de suelo pobre, se crían carneros y cabras. Se está desarrollando la cría de peces de agua salada. Produce lignito, la bauxita, el níquel y el amianto. Las industrias manufactureras tradicionales son alimenticias, bebidas, vestido, cuero y papel. Otros sectores importantes son la industria del cemento, la química, la petroquímica y la metalurgia.

Atenas

En griego Athenai o Athína), ciudad del sureste de Grecia, su capital y urbe más importante. Situada en la llanura del Ática en la Grecia continental, está rodeada de montañas por tres de sus costados, de entre las que destacan el monte Parnaso, el Pentélico y el Himeto (Imittós). Dos pequeñas corrientes cruzan la ciudad, el río Cefiso (Kifisós) al oeste y el río Iliso (Illisós) al este. Forma una región metropolitana unificada junto con su puerto El Pireo, que se encuentra a 8 km al suroeste en el golfo de Egina. Atenas domina la vida económica, cultural y política de Grecia.

La ciudad de Atenas está dominada por la colina plana de la Acrópolis, (Griego, akros, "grande"; polis, "ciudad"), término original dado a toda fortificación natural o ciudadela en la antigua Grecia. Inicialmente un lugar de refugio, la acrópolis típica era construida en una colina o promontorio que se elevaba sobre la región circundante. Debido a la protección así conseguida, la zona adyacente a la base de la colina era frecuentemente el emplazamiento de la ciudad. 



Partenón

El Partenón, símbolo de Atenas, está emplazado en la cima de la Acrópolis, dominando la ciudad. Es el templo sagrado de la diosa Atenas, protectora de la ciudad; con su simple estilo dórico ha inspirado a la arquitectura oficial en todo el mundo.
Construido casi exclusivamente en mármol blanco, la misma fue iniciada por Pericles y realizada entre los años 447 y 432 AC. Gran parte de la decoración escultórica fue realizada por el famoso Fidias.
Durante el sitio veneciano de 1687 fue utilizado por los turcos como polvorín. Lamentablemente una de las bombas cayó en el templo y destruyó gran parte del mismo.
Se llega mediante el metro de la ciudad, está siempre abarrotado de turistas, por eso lo más conveniente es visitarlo temprano de mañana o a última hora de la tarde.

Mykonos



Algunos la consideran demasiado desarrollada pero sigue siendo la más famosa de las islas griegas. Mykonos atrae tanto a viajeros sofisticados como a los amantes de los viajes económicos debido a sus sorprendentes playas, su vibrante vida nocturna, sus paseos de compras y el ambiente vacacional en general. Para un relato de viaje, vea Mykonos, un paraiso en el Mar Egeo





Palacio Minoico de Cnosos, en Creta



Rodeado por la ciudad de Iraklion (capital de Creta) y accesible mediante el bus local, las ruinas y el reconstruido laberinto de este palacio cretense son de los tiempos en que el rey Minos reinaba sobre la Grecia continental. Cabe destacar que la cultura minoica (toma su nombre de su famoso rey) es pre-helénica y se desarrolló durante la edad de bronce, entre los años 3000 y 1200 AC. No olvide visitar el Museo Arqueológico Heraclion en la ciudad.


Santorini


Los hoteles agarrados a los acantilados, los pintorescos caminos tortuosos, un legado volcánico, excelentes vinos y comida locales ubican a Santorini en la lista de los lugares a visitar. Llegue a esta isla griega deslumbrante por mar y disfrute de las mejores vistas de los despeñaderos a franjas negras y marrones coronados por lava blanca. Asegúrese de visitar las ruinas de la una vez enterrada ciudad de Akrotiri.



El Cabo Sunion y el Templo de Poseidón

Este popular templo dórico construido en tiempos de Pericles se encuentra ubicado en la cima de un acantilado sobre el Mar Egeo, desde donde se disfruta de unas puestas de sol espectaculares. A pesar de que la estatua de bronce que representa al dios del mar se encuentra en el Museo Arqueológico de Atenas, vale la pena una visita al lugar. El santuario es mencionado por primera vez en la Odisea, como el lugar donde Menelao se detiene durante su vuelta de Troya para enterrar a Phrontes Onetorides.



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